El viento, el calor seco de las calefacciones y el paso brusco entre esos dos extremos hacen que disminuya el contenido de agua de la piel. Por eso, resulta tan necesaria la acción de las cremas humectantes.
¿Cuáles son los mejores abrigos cosméticos? Cremas de texturas más untuosas que las que se usan el resto del año y que contienen activos suavizantes.
| "Las mejores para esta época son las que incluyen a los modernos alfahidroxiácidos. Se trata de moléculas pequeñas que penetran mejor y agregan agua en profundidad y no dejan sensación de grasitud, explica Verónica Chartier, cosmiatra egresada del Hospital Italiano. Otras alternativas que ponen especial atención en evitar que la epidermis pierda humedad son las fórmulas con ácido hialurónico, que incorporan en su composición ceramidas, aceites y vitaminas para contrarrestar el efecto de tirantez que provoca la calefacción y proporcionan un aspecto sano y luminoso". |
Eso sí, conviene que además la crema hidratante tenga principios regeneradores de las células como la coenzima Q10. Y lo más cómodo es aplicar después del baño, que es cuando la piel tiene una mayor capacidad de absorción.
Máximo beneficio
Todo este ritual de invierno debe completarse con una exfoliación semanal, aliada inseparable de cualquier hidratante, ya que ayuda a barrer las impurezas que se depositan en la piel, principalmente en invierno cuando el cuerpo no produce la sudoración que ayuda a barrer toxinas.
"Lo mejor es recurrir a una buena pulidora enriquecida con sustancias naturales, como apricot y semillas, y aplicarla con manopla o esponja vegetal", agrega, experta, Chartier.
Con este plan invernal se consigue no sólo el aporte de agua, sino también se evita la flaccidez y se estimula la circulación. Los jabones de exfoliación diaria son otra buena alternativa, al igual que el uso de esponjas vegetales. Pero si a pesar de estos cuidados la piel sigue áspera, un buen plus es acudir, una vez al mes, a una hidratación a fondo en un centro de belleza que, con emulsiones y tratamientos de algas y aceites, devuelven a los tejidos el equilibrio perdido.
De cara al frío
Sin dejar de lado la hidratación constante, el peeling se postula como el tratamiento top del invierno. De manera sencilla y rápida, renueva la piel de la cara a partir de diferentes ácidos, que necesitan de la ausencia del sol para lograr los mejores resultados. Y, ya sean suaves o intensos, se acomodan a cada necesidad.
Al principio, sólo apuntaban a mejorar pieles con cicatrices, manchas o marcas de acné. Los tiempos cambiaron y hoy es un excelente antiage que, además, previene la aparición de futuras arrugas.
El Dr Muhlberger del Centro de Medicina Biológica utiliza, entre otros, el peeling Jessner que se realiza con ácido salicílico y un alfahidroácido que logran una increíble renovación celular y también el Jessner más TCA que se recomienda para arrugas pronunciadas ya que contribuye a la formación de colágeno y elastina. "Hay muchas variantes: el más profundo está indicado para casos de fotoenvejecimiento que necesitan renovar la calidad de la piel", detalla el doctor Alejandro Karnoubi, médico especializado en clínica estética.
Pero los más pedidos son los suaves, también conocidos como micropeelings, que eliminan las capas más superficiales de la piel. Aquí es estrella el ácido glicólico, que proviene de la caña de azúcar, y también son muy usados el mandélico y el salicílico. Lidherma, por su parte, utiliza (entre tantos otros) el micropeel con ácido glicólico, ideal para pieles engrosadas, manchas y arrugas finas o incipientes Otra opción es la microdermoabrasión: "Es un procedimiento no quirúrgico de exfoliación a través de cristales indicado para dar claridad, luminosidad y un tono homogéneo. El tratamiento puede repetirse mensualmente, aunque con una frecuencia quincenal produce resultados más significativos", explica la dermatóloga Mijal Gruber, miembro titular de la Sociedad Argentina de Dermatología. Y agrega: "Los peeling se combinan con antioxidantes y rejuvenecedoras. Este mix da muy buenos resultados". Queda claro: cuando el clima castiga a la piel no hay que dejar de hidratar. Además, conviene aprovechar las bajas temperaturas para iniciar tratamientos, imposibles de llevar a cabo en verano.
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