El bonsái es un árbol pequeño, que se cultiva de una manera sencilla, siguiendo una serie de técnicas:
El trasplante del bonsái, es uno de los aspectos más importantes a considerar en vista de que cada cierto tiempo se debe trasplantar el cultivo a otro macetero. Este proceso se realiza por lo menos cada dos años, e incluso cuatro, de acuerdo al estado del pequeño árbol. Se recomienda realizar el trasplante en temporada primaveral.
Luego de que el bonsái sea trasplantado, es necesario cuidarlo, se debe tener alejado el arbolito de corrientes aéreas.
Otro aspecto, a tener en cuenta es el riego, solamente se tiene que regar la planta cuando la tierra del cultivo se aprecie seca, el riego debe estar compuesto por agua reposada , la cual debe descansar en un balde por lo menos unas 24 horas. La cantidad de agua depende de la capacidad del recipiente. Muchas personas cometen el mismo error, pues riegan demasiado el bonsái y terminan por ahogar y pudrir las raíces.
Como toda planta, el bonsái requiere de los nutrientes necesarios para poder desarrollarse, estos nutrientes los adquiere del suelo, por ello este debe contener minerales y proteínas que provean al bonsái lo necesario. Como el bonsái crece en un espacio reducido la tierra debe ser abonada con fertilizantes a base de nitrógeno, fósforo, potasio, magnesio, azufre, hierro, cobre, zinc, cloro, manganeso.
En el caso del bonsái, se puede aprovechar incluso en la última etapa de maduración, cuando se evidencia la vejez del bonsái se denomina la técnica de jing y el shari, que aprovecha esta apariencia.
La técnica jin, se basa en la resequedad de los troncos de la base, mientras que el shari es cualquier parte de madera muerta que se presente en el bonsái.
Para lograr el efecto jin, se busca en todo el árbol aquellos troncos que evidencie resequedad, se agrega cierta cantidad de azufre.
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