Cuando expresamos sentimientos tales como la alegría, la amargura, la tristeza, entre otros, tendemos a fruncir el rostro y delimitar lo que se conoce como líneas de expresión que comúnmente tiende a, con el paso de los años transformarse en arrugas; sino se da el cuidado necesario.
Llamamos líneas de expresión a las marcas o huellas que se quedan sobre nuestro rostro al repetir ciertas muecas constantemente; estas se producen porque la zona que tiende a perpetrarse pierde colágeno y elasticidad; finalmente se convierten en arrugas. No existe un método o terapia que impida que las líneas de expresión se inserten en nuestra cara; es el tiempo el factor enemigo que se convertirá en el aliado de las arrugas. No solamente el tiempo es antagónico con nuestro rostro; mientras más movemos o fruncimos el ceño, existen más probabilidades de tener arrugas prematuramente.
Las arrugas que suelen aparecer en primer lugar, son las llamadas patas de gallo, aquellas que se forman cerca a rabillo del ojo y que previamente eran líneas de expresión.
Entre los factores que transforman las líneas de expresión en arrugas se encuentran el genético, a veces se hereda un tipo de piel sensible, la cual perderá colágeno a temprana edad. Se cree que las pieles blancas tienden a arrugarse con mayor facilidad que las pieles negras que son más resistentes.
El sol es otro factor negativo, pues la exposición al solo durante una larga jornada , afecta tanto a las capas superficiales de la piel , como a las profundas, perdiendo, de esta manera elasticidad y produciéndose líneas de expresión.
Una de las salidas para que se controlen las líneas de expresión y no devengan en arrugas consiste en hidratar la piel, protegerse al sol, así como aplicar colágeno. Utilizar cremas que contengan retinol es otra alternativa a seguir. Y realizar, frecuentemente , cuidados de belleza.
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