Esta malformación produce diferentes grados de parálisis, así como pérdidas de sensibilidad en las extremidades inferiores, complicaciones en las funciones intestinales, y problemas en las vías urinarias.
Para recudir el riesgo de que nuestro bebé padezca de espina bífida, lo mejor es tomar ácido fólico, antes y durante el embarazo.
Causas de la espina bífida
Aún la causa exacta de la espina bífida se desconoce, pero cabe destacar que tras muchos estudios existen algunos factores que están aparentemente involucrados en su aparición. Pudiendo llegar a influir tanto los factores genéticos y los ambientales.
Se consideran una serie de factores de riesgo adicionales:
- Es más frecuente en madres adolescentes, o madre mayores de 35 años.
- Aborto anterior.
- Los primogénitos tienen un riesgo más elevado de padecer de espina bífida.
- Situación socioeconómico baja de la familia; ya que se asocia a que una dieta carente de las vitaminas y minerales esenciales, es un factor muy influyente.
Tratamientos para la espina bífida
Aunque aún no existen tratamientos para esta malformación, existen correcciones quirúrgicas, llegando a ser la cirugía la manera de:
- Reparar y cerrar la lesión.
- Evitar problemas ortopédicos.
- Evitar problemas intestinales y de vejiga.
- Prevenir la hidrocefalia.
Después de esta intervención es necesario que el bebé este en rehabilitación y mantener vigilado al bebé, no tan solo en la alimentación sino en todos sus sentidos, sin llegar a obsesionarse y confiando plenamente en las exploraciones del médico/pediatra.
¡Ten en cuenta que todas las fuerzas que le transmitas a tu bebé serán necesarias para que su desarrollo sea aún mejor y más rápido!
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