Más allá de una pura obsesión
Por María Marín
Mi hermano es un soltero muy codiciado de 42 años.
Es un hombre emprendedor, bien parecido, con gran personalidad y nunca se ha casado. Sin embargo, corteja a una chica desde hace cuatro meses y está contemplando declararle su amor pidiéndole matrimonio hoy, Día de los Enamorados. Recientemente me confesó que su novia lo tiene "enchulado", y me preguntó: "¿Cómo puedo saber si lo que siento por ella es amor verdadero o sencillamente estoy obsesionado?".
Le dije que es muy fácil confundir estos dos sentimientos porque tienen mucho en común. Por ejemplo: Tanto el enamorado como el que está obsesionado desea pasar una gran parte de su tiempo con su pareja.
Además, ambos están ansiosos por complacer a su amado y compartir el resto de su vida con esta persona.
La diferencia entre el verdadero amor y una obsesión es que la segunda es una emoción basada en sentimientos de inseguridad.
En este tipo de relación hay dudas y preguntas que no tienen respuestas porque los canales de comunicación nunca han estado completamente abiertos y no hay confianza total.
La persona obsesionada prefiere no indagar a fondo a su pareja para no encontrar algo que podría poner en peligro la relación y, por este motivo, se involucra con mucha pasión pero no está genuinamente feliz.
Entonces, ¿cómo saber si lo que sientes por otra persona es amor u obsesión? Contesta estas cuatro preguntas para revelarlo:
¿Eres una mejor persona (espiritual, mental y sicológicamente) desde que comenzaste esta relación y has crecido como ser humano?
¿Consideras tus exigencias importantes y le das prioridad a tus necesidades en este vínculo amoroso?
¿Tienes la convicción de que esta relación te conviene y no te provoca hacer cosas de las cuales te puedes arrepentir en el f u t u ro?
¿Tienes interés en el crecimiento personal de tu pareja y estás dispuesta a apoyarlo para que alcance sus metas?
Si tu respuesta a todas las preguntas fue afirmativa, hay muchas probabilidades de que actualmente estés experimentando un amor real. Si respondiste "no" a alguna de ellas, reflexiona porque quizás estás obsesionada y no enamorada.
El amor real te eleva, te hace mirar hacia arriba con orgullo y no te hace dudar. Por esta razón, le dije a mi hermano que quizás debe esperar al próximo San Valentín, porque el amor genuino requiere paciencia. Tienes que sembrar primero la semilla de la amistad y cultivarla diariamente hasta que un día te das cuenta de que en tu jardín ha florecido el verdadero amor.
La autora es propietaria de una compañía de técnicas de negociación y de crecimiento personal. Además, imparte charlas de superación personal para la mujer y ofrece cursos de negociación a través de todo el mundo. www.mariamarin.com.
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