Nuestros ojos, nuestra mirada, son la
parte del rostro que antes atrae la atención de los
demás.
Para sentirnos a gusto con nosotros mismos y conseguir agradar
a los demás, tenemos que prestarles la debida atención.
Y es que se trata de nuestra parte más
atractiva, pero támbien de la más frágil
y la más sensible.
El estrés, la polución, el aire acondicionado
y otras agresiones que sufren a diario, hacen que erojezcan
y se irriten, además de favorecer el envejecimiento
prematuro de su contorno, haciendo aparecer las molestas
patas de gallo.
De todas formas, si algunos de estos inconvenientes
han hecho su aparición, siempre podremos combatirlos
con los trucos que sugerimos en este apartado.
- Mezclaremos bien una clara de
huevo junto con cuarenta gotas de zumo de limón.
Una vez hecha esta mezcla,
empaparemos en ella dos algodones y los mantendremos sobre
los ojos durante 10 minutos. Al cabo de ese tiempo los retiraremos
y lavaremos la zona, primero con agua fría y seguidamente
con agua caliente.
|