Los
puntos negros generalmente se presentan en la nariz y son
más difíciles de eliminar en los bordes. La
grasa también resalta en los pómulos.
“Cuando nos maquillamos, los poros
quedan obstruidos por la base y el rubor. La polución
del medio ambiente arrastra partículas de polvo que
se impregnan. El sebo y las células muertas son otra
fuente de obstrucción para los poros”, dice.
Los componentes de cremas para el cutis
deben tener aceites especiales para remover residuos de
maquillaje (rimel, delineador, labial, rubor, base), sin
resecar la piel. Algunas cremas no tienen ese componente
y más bien funcionan como loción.
Los puntos negros se remueven fácilmente
con un baño de vapor, que permite abrir los poros
y sacar los puntos negros sin enrojecer la piel.
“Una forma casera de abrir los poros
del rostro es hervir agua con manzanilla o romero, colocar
el rostro a una distancia donde el vapor llegue al rostro.
Una vez hecho esto, se eliminan los puntos negros al presionar
el área afectada”, aconseja la especialista.
Una vez que se ha limpiado el rostro,
los poros quedan abiertos, se aconseja mojar un algodón
con agua bien fría y frotarlo por todo el rostro.
El agua fría cierra los poros.
Exfoliar significa escamación de
la epidermis. “Los exfoliantes los podemos encontrar
en el comercio, pero también los puede elaborar con
azúcar y jabón de avena. Lave el rostro con
el jabón de avena y agréguele un poco de azúcar
directamente al rostro, remueva y enjuague con agua tibia”.
Para mantener los niveles de grasa
del rostro se recomienda el uso de mascarillas después
de la limpieza facial. Estas dan la humedad necesaria.
El yogurt es uno de los tratamientos
caseros más efectivos. Vierta dos cucharadas de miel
de abeja a una taza de yogurt, deje por un espacio de 15
minutos, posteriormente lave con agua tibia.
“Dos veces al mes se recomienda
hacer una limpieza profunda. Si tiene un rostro muy graso,
limpiarlo dos veces cada quince días”, dice
Pineda.
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